La implementación del Modelo de Aprendizaje Basado en Logros (ABL) en nuestra institu­ción, no constituye una estrategia pedagógica aislada, sino una evolución natural y una profundización de los principios y valores que definen nuestro Proyecto Educativo Institu­cional (PEI). Este documento fundamental, que articula la identidad, la misión y la visión de nuestra escuela, se convierte en el cimiento filosófico y direccional sobre el cual se asienta y cobra pleno sentido la propuesta del ABL.

En primer lugar, el PEI de nuestra institución establece el marco axiológico y los principios pedagógicos que guían todas nuestras acciones educativas. Al integrar el ABL, estamos operativizando la visión de formar estudiantes capaces de desarrollar la autonomía en re­lación con otros, tal como se promueve en nuestro PEI. El ABL, al centrar el proceso en el estudiante como protagonista activo, fomenta su capacidad de tomar decisiones, gestio­nar su aprendizaje y resolver problemas de forma independiente, pero siempre dentro de un entorno colaborativo y de interdependencia, reflejando así la complejidad del mundo real.

En segundo lugar, la esencia del ABL de priorizar el "hacer" con lo aprendido y el desarrollo de habilidades del siglo XXI se alinea directamente con los objetivos formativos de nues­tro PEI. Si nuestro proyecto institucional busca preparar a los estudiantes no solo con co­nocimientos, sino con las capacidades necesarias para enfrentar los desafíos de una so­ciedad en constante cambio, el ABL proporciona la metodología idónea para lograrlo. Pro­yectos desafiantes, reales e interdisciplinarios permiten que los estudiantes ejerzan el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación efectiva y el trabajo colaborativo, competencias explícitamente valoradas en nuestra propuesta educativa global.

Finalmente, la incorporación del PEI garantiza la transparencia pedagógica y administrati­va del ABL. Nuestro PEI ya define quiénes somos y hacia dónde vamos; al vincular estre­chamente el ABL a esta identidad, aseguramos que los propósitos del nuevo modelo sean claros, coherentes y estén en sintonía con las expectativas de nuestra comunidad educati­va. Esta integración fortalece la elección de la vocación de nuestros estudiantes al ofre­cerles experiencias de aprendizaje significativas que les permiten explorar sus intereses y aptitudes en contextos reales, guiados siempre por la misión educativa que nos caracteri­za como institución. El PEI no solo valida el ABL, sino que lo ancla en nuestra identidad institucional, asegurando que cada logro de los estudiantes sea un paso firme hacia la rea­lización de nuestra visión educativa compartida.

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