En nuestro Modelo, la evaluación trasciende la mera calificación sumativa de un examen final. Concebimos la evaluación como un proceso continuo y formativo, diseñado para acompañar el crecimiento del estudiante, ofrecer retroalimentación valiosa y documentar su camino hacia la obtención de créditos y el desarrollo de competencias. En este contexto, el portfolio emerge como una herramienta central y estratégica.
El portfolio, o carpeta de evidencias, es una colección organizada y curada por el propio estudiante (con la guía de su mentor) de trabajos, reflexiones, proyectos, registros de procesos y otras demostraciones de su aprendizaje a lo largo de un período. No es una simple recopilación de tareas terminadas, sino una narrativa del progreso del estudiante, donde cada pieza de evidencia se selecciona intencionalmente para mostrar la adquisición de logros concretos y el desarrollo de habilidades del siglo XXI.
Visibilidad del Proceso de Aprendizaje: A diferencia de una prueba tradicional que solo muestra un resultado final, el portfolio documenta el camino. Permite al estudiante, al mentor y a las familias observar las etapas de un proyecto, los borradores, las autoevaluaciones, los errores superados y las mejoras implementadas. Esto hace visible el esfuerzo, la resiliencia y el proceso de mejora continua, que son tan importantes como el producto final para la obtención de créditos.
Fomento de la Autorregulación y la Autonomía: La creación del portfolio exige al estudiante reflexionar sobre su propio aprendizaje. Debe seleccionar las mejores evidencias, justificar sus elecciones y analizar qué logros ha alcanzado y dónde necesita mejorar. Esta metacognición activa desarrolla su autonomía responsable, una competencia crucial para su proyecto de vida y estudios superiores, ya que aprende a monitorear su propio progreso y a tomar decisiones sobre su aprendizaje futuro.
Retroalimentación Personalizada y Estratégica del Mentor: El portfolio se convierte en una base sólida para el diálogo entre el estudiante y su mentor. A partir de las evidencias presentadas, el mentor puede ofrecer una retroalimentación mucho más específica y constructiva, señalando puntos fuertes y sugiriendo estrategias personalizadas para superar desafíos. Esta interacción constante y formativa es clave para guiar al estudiante hacia la obtención de créditos relacionados con cada competencia desarrollada.
Evaluación Basada en Competencias y Logros Concretos: El portfolio es la herramienta ideal para evaluar el desarrollo de competencias que no pueden medirse con un examen de lápiz y papel, como el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación efectiva o el trabajo colaborativo. Cada evidencia es un testimonio de la aplicación de estas habilidades en proyectos desafiantes y reales, demostrando la consecución de logros concretos. La obtención de créditos en el ABL está directamente vinculada a estas demostraciones de dominio.
Comunicación Transparente con las Familias y la Comunidad: El portfolio ofrece una ventana tangible al proceso de aprendizaje de los estudiantes. Las familias pueden ver y comprender no solo lo que sus hijos están aprendiendo, sino cómo lo están haciendo, los desafíos que enfrentan y cómo los superan. Esto fomenta una alianza de corresponsabilidad más sólida y una mayor transparencia pedagógica sobre el progreso del estudiante hacia sus logros y la acumulación de sus créditos.
El portfolio no es solo una herramienta de recolección, sino un pilar de nuestra evaluación formativa en el Modelo ABL. Empodera a los estudiantes, guía a los mentores, y hace visible el camino hacia la obtención de créditos y la formación de habilidades que son esenciales para el éxito en cualquier etapa de la vida.