En el panorama educativo actual, la búsqueda de modelos que optimicen los recursos y mejoren la calidad del aprendizaje es una constante. Nuestra institución se enorgullece de presentar un modelo de aprendizaje innovador que no solo promueve una experiencia educativa más rica para los estudiantes, sino que también ofrece beneficios sustanciales para la gestión y el presupuesto del sistema educativo.
Una de las características más destacadas de nuestro modelo es la eliminación de la figura del docente al frente de un curso completo en un horario estático. Rompemos con la tradicional estructura de horas cátedra fijas por materia y curso. En cambio, nuestros docentes, incluyendo aquellos a cargo de los espacios transversales obligatorios como Comprensión Lectora, Razonamiento Matemático e Inglés, operan con una flexibilidad sin precedentes. Esta autonomía les permite administrar sus tiempos de manera más dinámica, citando a los estudiantes en días diferentes o incluso acumulando clases de una semana a otra, según las necesidades del proyecto y el progreso individual de los estudiantes.
Esta reorganización del tiempo docente es posible gracias a que nuestros estudiantes trabajan con un alto grado de autonomía, siguiendo los pasos de su proyecto de aprendizaje. No están a la espera de una instrucción constante y directa del docente para avanzar. Este enfoque no solo fomenta la proactividad y la autorregulación en los estudiantes, sino que también libera al docente para habitar otros lugares, otros tiempos y otras tareas dentro de la escuela. El docente se convierte en un mentor, facilitador y diseñador de experiencias de aprendizaje, interviniendo de manera estratégica y personalizada cuando es necesario.
Pero la flexibilidad de nuestro modelo va más allá de los docentes. Reconociendo la importancia de la continuidad pedagógica, hemos integrado a los asistentes de la escuela (preceptor, bibliotecario y ayudante de clases prácticas) como elementos clave en el apoyo al proceso de aprendizaje. Estos profesionales están disponibles para ocupar el lugar de docentes ausentes y, fundamentalmente, para asistir a los equipos de trabajo de los estudiantes en sus proyectos. Esta capacidad de reemplazo y apoyo continuo garantiza que las actividades no se detengan ante imprevistos, manteniendo el ritmo y la calidad educativa.
Los beneficios de esta estructura son múltiples y significativos para el sistema educativo en su conjunto. Principalmente, representa una disminución considerable del presupuesto asignado para las ausencias docentes por enfermedades y otras causas. Al no depender de la sustitución inmediata de un "docente de aula" para un curso completo y fijo, el sistema gana una eficiencia presupuestaria notable. El tiempo se reorganiza de manera orgánica, alejándose de la rigidez de un sistema tradicional que genera costos por cada hora cátedra desatendida.
En síntesis, nuestro modelo no solo busca una mejor educación para los estudiantes a través de la autonomía y el trabajo por proyectos, sino que también redefine el rol del docente y la utilización de los recursos humanos de la institución. Es una transformación profunda que mira hacia un futuro educativo más adaptable, eficiente y centrado en las necesidades reales del aprendizaje y la gestión.