La educación, por su propia naturaleza, es un terreno fértil para la innovación. Sin embargo, los sistemas educativos a menudo tienden a la estandarización, lo que puede sofocar la creatividad y la adaptación. Es aquí donde el Modelo de Cambio Profundo (MCP) propone una visión transformadora, centrada en una premisa audaz: para liderar cambios verdaderamente profundos, el equipo docente necesita autonomía, libertad de acción y un sentido de contraculturalidad. Este no es un mero eslogan, sino el corazón del saber docente en el MCP, un principio que empodera a los educadores y redefine su rol en el aula.
Tradicionalmente, la adhesión a los "proyectos institucionales" ha sido el estándar. Se espera que los docentes implementen programas diseñados por otros, a menudo con poca flexibilidad. El MCP invierte esta lógica. Sugiere que los docentes no deben "comulgar directa y específicamente con los proyectos institucionales", sino con los modelos para el aprendizaje.¿Qué significa esto? Implica un cambio de enfoque: de la ejecución de una receta preestablecida a la apropiación de principios pedagógicos fundamentales. Un docente del MCP entiende el valor del aprendizaje basado en proyectos, la importancia de las rutinas de pensamiento, la relevancia de la evaluación por competencias y la necesidad de una trayectoria de aprendizaje ultra-personalizada. Al adherirse a estos modelos subyacentes, el docente gana una libertad invaluable. No se trata de desentenderse del proyecto general, sino de tener la capacidad de interpretarlo, adaptarlo y enriquecerlo desde su propio conocimiento y la realidad de su grupo de estudiantes.
Esta autonomía es la piedra angular para que el docente pueda realmente conocer, pensar y actuar en un marco de absoluta confianza y transparencia. Cuando un educador se siente libre para explorar, investigar y experimentar, su saber se expande y se vuelve más dinámico.
El "sentido de contraculturalidad" no implica rebeldía sin causa. Significa la valentía de desafiar las normas establecidas cuando estas limitan el verdadero aprendizaje. Implica:
En el MCP, la autonomía, la libertad y el sentido de contraculturalidad no son privilegios, sino requisitos indispensables para la transformación educativa. Son la fuerza motriz que permite a los docentes no solo "enseñar lo que saben", sino también modelar el continuo acto de aprender, adaptándose a las necesidades cambiantes de sus estudiantes y del mundo, y construyendo día a día la escuela que se necesita.