La llegada a la escuela marca el inicio de una jornada donde el docente/mentor asume un rol fundamentalmente distinto al de un modelo tradicional. Al llegar, su prioridad es prepa­rar el terreno y la mentalidad para facilitar la autonomía y el aprendizaje ac­tivo de los es­tudiantes.

Aquí le detallo las acciones clave que un docente debe realizar al llegar al colegio:

Al Llegar a la Escuela: Preparando el Escenario para el Aprendizaje

  1. Revisión de la Planificación Diaria y Semanal: Lo primero es revisar el crono­grama de proyectos y objetivos semanales para sus estudiantes mentoreados. Esto inclu­ye identificar las fases del proyecto en las que se encuentran los gru­pos, qué hitos semanales deben alcanzar y qué estudiantes o equipos podrían necesitar más aten­ción. También verificará si hay sesiones de mentoría indivi­duales o grupales pro­gramadas.

  2. Preparación de los Espacios de Aprendizaje: El docente se dirigirá a las zonas de aprendizaje flexible (sea su área de trayecto o un espacio común) para ase­gurarse de que estén listas. Esto implica verificar la disponibilidad de mobiliario móvil, piza­rras, acceso a tecnología y materiales necesarios para los proyectos del día. Se tra­ta de crear un ambiente propicio para el trabajo autónomo y cola­borativo.

  3. Anticipación de Necesidades y Desafíos: Con base en el progreso de la semana an­terior y la planificación actual, el mentor pensará en posibles desafíos que sus estu­diantes puedan enfrentar hoy. Esto le permite preparar preguntas socráti­cas, identi­ficar recursos adicionales o pensar en posibles rutinas de pensa­miento para facili­tar la resolución de problemas específicos.

  4. Colaboración Breve con Colegas: Si hay proyectos interdisciplinarios o si nece­sita coordinar con docentes de los espacios transversales obligatorios o los EPA, este es un buen momento para una breve comunicación. Podría ser para revisar el progreso de un estudiante en un nivel de concreción particular o para coordi­nar el uso de un laboratorio.

  5. Disposición y Presencia: Finalmente, y quizás lo más importante, el docente debe mentalizarse para su rol de facilitador. Esto implica adoptar una actitud de apertu­ra, escucha activa y disponibilidad. Su presencia no es la de un controla­dor, sino la de un guía que circula, observa y está listo para intervenir de manera constructiva cuando sea necesario.

En esencia, la llegada del docente al colegio es un momento de preparación estratégi­ca y adaptación, asegurando que el ambiente y su propia mentalidad estén listos para poten­ciar la autonomía y el profundo aprendizaje de cada estudiante a lo largo de la jorna­da.

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