La llegada a la escuela marca el inicio de una jornada donde el docente/mentor asume un rol fundamentalmente distinto al de un modelo tradicional. Al llegar, su prioridad es preparar el terreno y la mentalidad para facilitar la autonomía y el aprendizaje activo de los estudiantes.
Aquí le detallo las acciones clave que un docente debe realizar al llegar al colegio:
Revisión de la Planificación Diaria y Semanal: Lo primero es revisar el cronograma de proyectos y objetivos semanales para sus estudiantes mentoreados. Esto incluye identificar las fases del proyecto en las que se encuentran los grupos, qué hitos semanales deben alcanzar y qué estudiantes o equipos podrían necesitar más atención. También verificará si hay sesiones de mentoría individuales o grupales programadas.
Preparación de los Espacios de Aprendizaje: El docente se dirigirá a las zonas de aprendizaje flexible (sea su área de trayecto o un espacio común) para asegurarse de que estén listas. Esto implica verificar la disponibilidad de mobiliario móvil, pizarras, acceso a tecnología y materiales necesarios para los proyectos del día. Se trata de crear un ambiente propicio para el trabajo autónomo y colaborativo.
Anticipación de Necesidades y Desafíos: Con base en el progreso de la semana anterior y la planificación actual, el mentor pensará en posibles desafíos que sus estudiantes puedan enfrentar hoy. Esto le permite preparar preguntas socráticas, identificar recursos adicionales o pensar en posibles rutinas de pensamiento para facilitar la resolución de problemas específicos.
Colaboración Breve con Colegas: Si hay proyectos interdisciplinarios o si necesita coordinar con docentes de los espacios transversales obligatorios o los EPA, este es un buen momento para una breve comunicación. Podría ser para revisar el progreso de un estudiante en un nivel de concreción particular o para coordinar el uso de un laboratorio.
Disposición y Presencia: Finalmente, y quizás lo más importante, el docente debe mentalizarse para su rol de facilitador. Esto implica adoptar una actitud de apertura, escucha activa y disponibilidad. Su presencia no es la de un controlador, sino la de un guía que circula, observa y está listo para intervenir de manera constructiva cuando sea necesario.
En esencia, la llegada del docente al colegio es un momento de preparación estratégica y adaptación, asegurando que el ambiente y su propia mentalidad estén listos para potenciar la autonomía y el profundo aprendizaje de cada estudiante a lo largo de la jornada.